jueves, 28 de mayo de 2009

Una ciudad ideal

Era una ciudad de pesadumbre, donde todo apestaba a podredumbre. Los borrachos se agolpaban en el zaguán de las casas, esperando tal vez que bajo la rendija de la puerta llegase un sobre con dinero. Tras la puerta, el patriarca gordinflón presidía la vieja mesa, de robusto y recio roble. Todos esperaban con suma atención que pronunciase su oración, para lanzarse como puerco a pocilga, devorando, arrasando las ostentosas fuentes repletas de ternera, filetes de cerdo, lomo adobado, o el chorizo, obsequio de Esteban, el ganadero más famoso en aquella urbe y conocedor de la inhumana gula del alcalde y su familia. La rápida oración finalizó con el comienzo del acelerado banquete en el que los manotazos se superponían, se evitaban, se apagaban entre ellos. Tal melodía de óseas dentaduras desgarraba la carne del hueso en un ritmo frenético, incivilizado. Después de la comida comenzó a llover, primero una lluvia silenciosa, como niebla en una mañana gris, luego violenta, agitando los vidrios de las ventanas y sus batientes, que resistían las embestidas de ariete de su eólico enemigo. El patriarca pegó una voz a su criado que acudió de manera inmediata, recogiendo la mesa. Entretanto el alcalde se acomodó sobre un amplio sofá, de mullidos cojines y superficie aterciopelada. Pronto dedicó a la sala otra descortés canción, compuesta por molestos ronquidos que inundaban la estructura de granito de la casa. Al despertar, el patriarca, con gesto complaciente pero la boca seca, decidió salir al zaguán de su casa, para percibir la dulce lluvia, que ahora descendía como una sábana, suave y limpia. Allí encontró al borracho, tiritando de frío, acurrucado en el felpudo. El alcalde que se encontraba de buen humor, le dio un par de maravedíes, y con una palmada en la espalda le echó de su casa, que tiempo atrás, ese borracho había construido con sus manos, secas a pesar de la lluvia, agrietadas por la corrupción que habían tenido que soportar. Después de despedir a su albañil el patriarca fue a lavarse las manos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario